La llegada de la primavera marca un renacer en la naturaleza: aumentan las temperaturas, florecen las plantas y los días se alargan. No solo nosotros percibimos estos cambios; nuestros gatos también se ven influenciados por la nueva estación. Sus cuerpos y comportamientos responden a factores como la mayor luminosidad, el clima más cálido y el entorno cambiante que trae la primavera. De hecho, los cambios en la cantidad de luz solar influyen en el ritmo biológico de los gatos regulando la producción de melatonina, la hormona que calibra su reloj interno. Esto significa que en primavera los gatos experimentan ajustes tanto físicos (como la muda de pelo) como emocionales (mayor energía o incluso inquietud).

En este post, Eva de Terapeutafelina nos va a contar cómo la primavera afecta a nuestros compañeros felinos y qué podemos hacer para prepararnos junto a ellos. Desde las mudas de pelo y el aumento de horas de sol, hasta el cambio de hora, las posibles alergias estacionales, los riesgos de ventanas abiertas, el acceso al exterior con sus nuevos estímulos, y la atracción por las plantas primaverales.
Muda de pelo
Con el aumento de la temperatura, los gatos inician su muda de pelo primaveral. Es un proceso natural: se desprenden del denso pelaje de invierno para dar paso a un pelaje más ligero apto para el verano. Seguramente notarás pelos por toda la casa –en la ropa, sofás y rincones– y verás a tu gato acicalarse con más frecuencia. Esta muda ayuda a tu gato a regular mejor su temperatura corporal en los meses cálidos. Sin embargo, puede traer inconvenientes si no se maneja adecuadamente: la ingestión de mucho pelo muerto al lamerse puede provocar bolas de pelo que luego regurgitan, y nudos incómodos en el caso de razas de pelo largo.
Emocionalmente, la muda puede ser una etapa ligeramente molesta para el gato; el exceso de pelo suelto en su piel puede generarle cierta inquietud o necesidad constante de aseo. Podemos observar su comportamiento: si se lame más de lo normal, son señales de que la muda está en pleno apogeo. La solución principal es ayudar a tu gato a eliminar el exceso de pelo suelto. Aumentar el cepillado si lo tolera (sobretodo si tiene pelo largo) ayudará a retirar el pelo suelto y evita que termine en su estómago y así pasará la primavera más cómodo, con su manto en mejor condición y menos estrés por acicalamiento excesivo. Haz de la sesión de cepillado un momento agradable: utiliza cepillos suaves y acariciarlo mientras lo cepillas, para que lo asocie con algo positivo. Este cuidado no solo previene problemas digestivos y mantiene su piel ventilada, sino que refuerza el vínculo afectivo entre tú y tu gato.
Más horas de sol
A medida que avanzan los días primaverales, aumenta la cantidad de horas de sol diarias. Nuestros gatos perciben claramente este cambio de fotoperiodo. Sus patrones de sueño y actividad vienen modulados por la luz natural, de modo que con más luz diurna tienden a estar activos durante más tiempo y a reajustar sus siestas. En la naturaleza, la prolongación de los días indica que el invierno terminó, desencadenando incluso cambios biológicos: por ejemplo, en latitudes como la de España, al inicio de la primavera (cuando hay más de 12 horas de luz al día), las gatas no esterilizadas suelen entrar en celo y los machos aumentan la producción de hormonas sexuales en respuesta a la luz. Esto explica por qué en primavera es común escuchar a gatos callejeros maullar intensamente o notar a tu propio gato más inquieto si no está castrado.
Desde el punto de vista de comportamiento, más sol también significa que tu gato puede despertarse más temprano (el amanecer llega antes) buscando interacción o comida. Muchos gatos se alinean con el ciclo solar: al clarear la mañana, pueden volverse vocales o juguetones, invitándote a empezar el día con ellos. Emocionalmente, la luz solar extra puede aportarles vitalidad; no es raro verlos disfrutar plácidamente de baños de sol en sus rincones favoritos de la casa. Aprovechan esos rayos tibios no solo por calor, sino porque les generan bienestar. Eso sí, vigila que no se exceda tomando el sol tras la ventana para evitar golpes de calor en días muy calurosos. En general, la primavera ajusta el reloj interno del gato: notarás que adapta ligeramente sus horarios de comida, juego y descanso según la claridad del día. Mantén una rutina consistente en la medida de lo posible, pero con cierta flexibilidad para acomodar estos cambios naturales. Un aporte de enriquecimiento, como abrir cortinas para que tome el sol de forma segura o habilitarle una repisa cerca de la ventana, puede hacer maravillas para su estado de ánimo en esta temporada.
Más actividad física y mental
Con el buen tiempo y la energía que aporta la primavera, muchos gatos experimentan lo que podríamos llamar un ‘despertar primaveral’. En esta estación suelen volverse más activos y curiosos, motivados en parte por el aumento de la luz del día y las temperaturas más cálidas. Es probable que tu gato pase de largas siestas invernales a dedicar más tiempo a jugar, explorar la casa o mirar atentamente por la ventana el ajetreo de pájaros e insectos. Incluso los gatos que normalmente son tranquilos pueden mostrar un incremento en sus niveles de actividad, haciendo más travesuras o demandando más atención de tu parte. Este cambio es completamente normal: la primavera impulsa su instinto exploratorio y lúdico.
Ese extra de energía puede ser una vía de escape para el estrés acumulado: un gato estimulado mentalmente y con oportunidad de ejercicio será un gato más equilibrado. Observa su comportamiento: ¿Hace más zoomies (esas carreras repentinas por la casa)? ¿Maúlla buscando que juegues con él? ¿Intenta trepar o investigar lugares nuevos? Son señales de que necesita gastar energía física y mental. Es importante canalizar positivamente esta actividad primaveral. Dedica tiempo diario a juegos interactivos con tu gato para mantenerlo ejercitado y mentalmente satisfecho. También puedes crearle retos (como escondites con premios) para aprovechar su agudeza mental. Un gato entretenido y activo es un gato feliz; aprovecha la primavera para fortalecer el enriquecimiento ambiental de tu michi: es el momento ideal para sacarle provecho a su entusiasmo natural por explorar.
Cambio de hora
Cada primavera, muchos países ajustan el reloj adelantándolo una hora (el típico horario de verano o DST). Aunque los gatos no entienden de relojes, sí notan que nuestra rutina diaria se modifica ligeramente. Tu gato lleva meses acostumbrado a recibir su desayuno a cierta “hora solar”, por lo que el cambio de hora puede descolocarlo en los primeros días. Puede que te despierte “antes” de lo esperado buscando su comida o, por el contrario, que notes que anda confundido porque todo ocurre un poco más tarde desde su perspectiva. Los gatos tienen un sentido del tiempo basado en la rutina y en los ciclos de luz-oscuridad; por eso, una alteración repentina puede generarles estrés leve o ansiedad. Algunos gatos muy sensibles a los cambios de rutina se inquietan o muestran comportamientos diferentes ante el cambio de horario, mientras que otros quizás ni lo noten.
Como familia, podemos ayudarlos a adaptarse gradualmente. Una estrategia útil es ajustar las actividades cotidianas en intervalos pequeños alrededor del cambio: por ejemplo, unos días antes, mover la hora de la comida o del juego 10-15 minutos, de modo que cuando llegue el cambio oficial la diferencia no sea tan brusca. Mantener horarios consistentes una vez hecho el cambio también brinda seguridad al gato. Recuerda que para ellos nuestras señales (levantarnos, la alarma sonando, servir su alimento) son referencias importantes. Incluso puedes apoyarte en esos indicadores: si tu gato suele despertarte para desayunar, pon tu alarma a la nueva hora a fin de darle un punto de referencia claro de que el día ha comenzado. En poco tiempo su reloj interno se sincronizará nuevamente. Sé paciente si ves a tu gato un poco desorientado durante la transición; con cariño y constancia, pronto volverá a su rutina normal. Al final, la mayoría de los gatos superan el cambio de hora sin mayores problemas, especialmente si nosotros mantenemos una actitud calmada y estructurada que les transmita estabilidad.
Alergias primaverales (del gato o del humano)
La primavera trae consigo una explosión de pólenes y alérgenos ambientales que no solo afectan a las personas; los gatos también pueden sufrir alergias estacionales. Si notas que tu minino estornuda con frecuencia, tose, se rasca más de lo normal o se le enrojecen los ojos o la piel, podría estar experimentando una alergia al polen. En esta época es común observar síntomas como estornudos repetitivos o incluso picor en la piel debido a la alta concentración de polen en el aire. Desde la perspectiva física, esas alergias pueden hacer que el gato se sienta incómodo o irritable; imagina tener la nariz cosquilleando constantemente o la piel con comezón, ellos lo viven de forma similar. Comportamentalmente, un gato con alergia podría frotarse la cara con las patas, sacudir la cabeza, lamerse insistentemente ciertas áreas o mostrarse inquieto. También podrían lagrimearle los ojos. Presta atención a estos signos, ya que los gatos tienden a ocultar el malestar y podría pasar desapercibido.
No solo los gatos pueden verse afectados: si en la familia hay personas con alergia primaveral, esta dinámica influye en la convivencia. Por supuesto, ante cualquier síntoma fuerte en tu gato (estornudos continuos, dificultad para respirar, irritación severa), consulta al veterinario. Existen tratamientos seguros que alivian las alergias felinas. Y en paralelo, desde la terapia natural, se pueden usar apoyos como ciertas hierbas o plantas (que mencionaremos más adelante) para fortalecer su sistema inmunológico y aliviar la incomodidad. La clave está en adelantarse: si sabes que tu gato o tú sufrís en primavera, prepara el hogar para minimizar los alérgenos y así ambos disfrutareisn más de esta bella estación.
Ventanas abiertas y riesgo de caídas
Los días templados invitan a abrir las ventanas de casa para que entre el aire fresco. Sin embargo, para los gatos de interior esto puede representar un peligro oculto. Impulsados por su curiosidad natural y su instinto cazador, muchos gatos se aventuran en el alféizar y podrían caer al vacío si la ventana no tiene protección. Este problema es tan común en épocas cálidas que en veterinaria se le conoce como el síndrome del gato paracaidista, refiriéndose a las lesiones por caídas desde alturas. De hecho, desde la primavera hasta entrado el otoño, con más ventanas abiertas, aumentan las visitas al veterinario por caídas accidentales de gatos. A veces pensamos que “mi gato no es tan loco como para saltar”, pero la realidad es que no suelen saltar a propósito. Lo que ocurre es que ven un pájaro revoloteando cerca, un insecto o simplemente sienten la brisa y, al intentar alcanzar ese estímulo o moverse por el borde, pueden resbalar o calcular mal la distancia. Incluso gatos ágiles y experimentados pueden sufrir un traspiés.
Las consecuencias físicas de una caída desde una ventana o balcón son muy serias: pueden ir desde fracturas (mandíbula, patas, pelvis) hasta lesiones internas graves e incluso la muerte. Por eso, como responsables de su seguridad, debemos anticiparnos. Observa a tu gato cuando está en la ventana: ¿se emociona mirando palomas? ¿Apoya medio cuerpo fuera al pillar un rayo de sol? Son pistas de que necesitas tomar medidas. La solución más efectiva es instalar redes de seguridad: mallas, redes o protecciones resistentes que cubren la abertura. Estas redes especiales permiten mantener la ventilación sin riesgo de que el gato se caiga. Asegúrate de que estén bien tensadas y fijadas, pues un gato persistente puede intentar empujar o morder si ve algo interesante afuera. Otra opción es limitar el acceso del gato a las habitaciones que se estén ventilando: por ejemplo, cerrar la puerta mientras la ventana está abierta. Pero lo ideal es crear un hogar seguro y disfrutar del aire primaveral al mismo tiempo con las protecciones adecuadas. En el caso de balcones o terrazas, nunca dejes al gato sin supervisión a menos que también tengas esas barreras instaladas en la barandilla. Con unos simples ajustes en casa, prevenir el síndrome del gato paracaidista es posible. Así podrás tener las ventanas abiertas tranquilamente y tu gato podrá asomarse a curiosear el canto de los pájaros sin ponerse en peligro.
Acceso al exterior: nuevos estímulos y riesgos
La primavera despierta el deseo de explorar. Si tu gato tiene acceso al exterior (ya sea un patio, jardín o terraza), encontrarás que en esta estación está más ansioso por salir y disfrutar de los nuevos estímulos. Los olores se intensifican (flores, hierba fresca), se escuchan más los pájaros, aparecen mariposas e insectos… un festín sensorial para un gatito aventurero. Incluso gatos que normalmente no muestran interés en salir, podrían ponerse curiosos cada vez que abres la puerta. Observa su comportamiento: puede que se siente junto a la puerta maullando para que le dejes investigar fuera, o intente escaparse entre tus piernas al menor descuido. Desde el punto de vista del gato, la primavera transforma su territorio exterior en una fuente continua de enriquecimiento. Explorar nuevos rincones, marcar el jardín con su olor, perseguir lagartijas o simplemente tumbarse al sol sobre el césped son actividades muy placenteras para ellos, que les aportan ejercicio físico y estimulación mental.
No obstante, junto con esos estímulos vienen nuevos riesgos que debemos considerar. Con la primavera incrementa la presencia de parásitos externos como pulgas y garrapatas que habitan en la vegetación, e insectos como mosquitos que pueden picar. Un paseo inocente por el jardín podría terminar en infestación de pulgas si no está protegido. También hay que pensar en los productos químicos que a veces se usan en jardines con la llegada del buen tiempo (fertilizantes, pesticidas); estos pueden ser tóxicos para los gatos si los ingieren al lamer sus patitas después de pisar césped tratado. Y no olvidemos que muchas plantas ornamentales del exterior son venenosas para ellos.
En cualquier caso, si tu gato va a tener contacto con el exterior, refuerza las medidas de prevención:
- Mantén al día su desparasitación interna y externa (puedes hacerlo de forma natural), ya que la primavera incrementa la presencia de pulgas, garrapatas y otros parásitos.
- Inspecciona su pelaje y piel cuidadosamente al volver a casa, prestando especial atención a las zonas “escondidas” como las axilas, detrás de las orejas y entre los dedos, para detectar posibles parásitos o heridas.
- Evita el acceso a zonas tratadas con pesticidas o fertilizantes, ya que pueden resultar tóxicos para los gatos si los ingieren o los absorben a través de las almohadillas.
- Asegura el entorno exterior: revisa que las vallas, redes o cerramientos estén bien instalados para evitar fugas o accidentes. Si tienes jardín, identifica y retira plantas tóxicas potenciales.
- Ofrece enriquecimiento natural y seguro: coloca macetas de hierba gatera o plantas aromáticas aptas para gatos (como lavanda, romero o tomillo) para que disfrute explorando sin riesgos.
Permitirle disfrutar de la primavera al aire libre de forma segura es posible y enriquecedor; solo requerirá de tu parte precaución y acompañamiento. Tu gato te lo agradecerá con esa carita de felicidad olfateando el aire fresco.
Plantas de primavera: atracción y precauciones
Con la primavera, nuestro entorno se llena de plantas y flores nuevas, tanto dentro de casa (quizás traemos ramos o compramos macetas decorativas) como fuera en parques y jardines. Los gatos, por naturaleza, sienten mucha curiosidad por las plantas: les intriga su movimiento con el viento, su aroma y textura. Es común ver a un gato olfateando, mordisqueando e incluso jugando con hojas y pétalos. Esta conducta les aporta cierto enriquecimiento (al fin y al cabo, en la naturaleza los felinos mastican hierbas para purgarse o complementar su dieta de fibra). Pero ¡cuidado! Muchas plantas primaverales que para nosotros son hermosas, para ellos pueden ser tóxicas. Entre las flores y plantas ornamentales más peligrosas para los gatos se encuentran los lirios, la hiedra, el acebo, los tulipanes, las azaleas o los narcisos, entre otros. La ingestión de cualquier parte de estas plantas (hojas, flores, bulbos) puede provocar desde malestar digestivo (vómitos, diarrea) hasta daños graves en órganos como los riñones en el caso de los lirios. Por ello, es fundamental informarse sobre la toxicidad de las plantas que tenemos en casa o en el jardín y mantener fuera del alcance aquellas que no sean seguras para nuestros mininos. Un descuido de dejar un ramo de lirios sobre la mesa podría costarle la vida a un gato curioso.
Puedes cultivar plantas aptas para gatos como el Catnip, hierba para gatos (trigo o avena germinada) o incluso aromáticas como la lavanda, el romero, el tomillo... Estas no solo son seguras sino que pueden satisfacer su necesidad de masticar verde y a la vez le proporcionan placer o relajación (el catnip y les estimulan lúdicamente de forma inofensiva). Coloca macetitas de estas plantas “permitidas” en lugares accesibles para él. Al mismo tiempo, retira de su alcance cualquier planta peligrosa: ponlas en estantes altos o habitaciones cerradas donde el gato no entre, o directamente opta por no tenerlas.
Conclusión:
La primavera es una temporada de renovación y cambios que, vivida junto a nuestros gatos, puede ser maravillosa siempre que estemos preparados. Hemos visto cómo esta estación afecta a los gatos en múltiples aspectos: desde la muda de pelo y la necesidad de más juego, hasta pequeñas desorientaciones por el cambio de hora, incomodidades por alergias y la oportunidad de enriquecer su vida con fitoterapia y una alimentación natural adaptada.
Crear un entorno seguro, estimulante y natural es quizás el mejor regalo de primavera que puedes hacerle a tu gato. Imagina días de sol donde tu gato disfruta olisqueando un jardín aromático que armaste para él, se echa siestas tranquilo sin molestias de parásitos ni alergias, juega hasta cansarse y luego se acicala contento en su rincón favorito.
Cada gato es un individuo único; observa al tuyo, aprende de las señales que te da en esta estación y ajusta los cuidados a su gatonalidad. Así, la primavera se convertirá en una experiencia positiva y saludable para ambos.
Si quieres saber más, en el Blog de Eva, he creado un artículo sobre «Cómo afecta la primavera a tu gato» con recursos en nutrición y fitoterapia.