Todavía es muy común ver como se le ofrece al gato el alimento que le ofrecerías a un humano o a un perro. Pero esto es muy peligroso, pues los gatos son carnívoros estrictos, estarían cazando presas.
Quizás nunca te lo hayas planteado pero… ¿sabías que en un estudio retrospectivo se encontró que el 67% de los 115 gatos sometidos a necropsia presentaron lesiones histológicas de pancreatitis?
Las pancreatitis se generan porque este órgano, el páncreas, ha sido forzado durante un largo lapso de tiempo, pero antes de profundizar aquí, te quiero dejar otro dato muy revelador:
Según los datos oficiales, uno de cada cien gatos parece diabetes. La diabetes es una patología endocrina que consiste en un déficit de fabricación de insulina en el páncreas.
Vaya, de nuevo vemos el páncreas dañado como lo más común en gatos.
Muy poca gente sabe que un abuso de alimentos con un alto índice glucémico —es decir, aquellos que elevan nuestros niveles de azúcar en sangre nada más tomarlos— que hacen trabajar en exceso al páncreas y que, incluso, pueden terminar por deteriorar su función.
Esos alimentos son: la patata, el arroz, el maíz y los almidones en general.
¿Te has fijado si alguno de estos alimentos está presente en el pienso o alimento húmedo que come?
De ser así, le estás perjudicando seriamente su salud.
Ahora bien, ¿y si le hago comida casera DEBO añadir verdura o fruta?
La respuesta es no. Un absoluto y rotundo no.
El páncreas produce diversas enzimas para ayudar a descomponer los carbohidratos, pero en realidad los humanos (como animales omnívoros) segregamos unas enzimas en la saliva que nos ayuda a realizar esa descomposición al masticar que nos ayuda a la digestión.
Los gatos o los perros no tienen esa enzima en la saliva, obligando al páncreas a tener que trabajar en exceso para realizar esa digestión. Algo completamente innecesario, pues a la larga generará inflamaciones pancreáticas, pudiendo llegar a provocar una enfermedad crónica.