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Puede que nunca antes hayas escuchado hablar de esta enfermedad, pero por desgracia son muchos los perros que la sufren y es una causa muy común de los problemas gastrointestinales en perros de mediana edad.

Esta enfermedad consiste en una enteropatía crónica y autoinmune lo que quiere decir que, por alguna razón, su organismo no reconoce las células del epitelio intestinal como propias y genera anticuerpos contra ellas.

Se caracteriza por una enteritis o inflamación del intestino por infiltrado de células inflamatorias (linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos, macrófagos o combinaciones de estos) en la mucosa del intestino del perro.

Puede localizarse en uno de los sectores del intestino o de forma generalizada, pero sea como sea el signo clínico más común y por el que todos los cuidadores terminan llevando a sus perros a la clínica es por la diarrea crónica.

Pero se pueden atribuir otros síntomas como, por ejemplo:

o Perros que pierden pesos sin motivo aparente.
o Alteraciones en el apetito
o Anemia
o Desnutrición, desde leve a severa a causa de una mala absorción de nutrientes
o Vómitos con gran cantidad de bilis
o Flatulencias constantes
o Heces muy voluminosas
o Heces con sangre, moco o ambas cosas de forma simultanea
o Borborigmos intestinales.
o Dolor abdominal
o Motilidad intestinal elevada

Para el diagnostico de esta enfermedad el veterinario se basará en el historial del perro y en la sintomatología, descartando previamente otras enfermedades.

Puede ser: gastritis, alergias o intolerancias, que suelen ser la primera opción de los veterinarios, pero si los síntomas persisten se tiene que llevar un examen más exhaustivo del caso.

En la IBD suele asociarse una pérdida de la proteína con lo cual se observa una hipoproteinemia en más de la mayoría de los casos.

El diagnóstico definitivo se realiza mediante una toma de muestra de la mucosa intestinal, donde se podrá apreciar un infiltrado inflamatorio intestinal.

Con el tratamiento adecuado podemos reducir la sintomatología y que el perro tenga una buena calidad de vida. Pero debemos tener en cuenta que es una enfermedad autoinmune, lo que quiere decir que no tiene cura.

La dieta correcta en estos casos es de gran importancia y deberemos seguirla junto con un especialista en nutrición.

Para la dieta especial para perros con IBD hay que tener estas consideraciones:

o Levemente baja en grasa
o Suplementos de B12
o Pre y Probióticos
o Multivitamínicos

Ejemplo en perros:

– Merluza al vapor
– Manzana rallada con piel
– Hígado de pollo al vapor
– Avena cocida
– Probióticos recetados

Esta enfermedad requiere de una gran dedicación a nivel nutricional y hay que
investigar las posibles intolerancias que hayan ido surgiendo.

Como ejemplo, te cuento un caso real:

“Juan es el tutor de Thor, un West Highland white terrier de 5 años, que después de un
episodio de diarreas que no terminaba de curarse contactó conmigo. Pude observar
que había una alteración, una disbiosis intestinal, y esto le causó intolerancias a las proteínas que había estado consumiendo en su pienso: pollo y ternera.
Empezamos con una dieta base similar a la anterior, adaptada a sus necesidades y
con probióticos y prebióticos alternados para ir repoblando.
Se cortaron de raíz las diarreas, pero el proceso de curación puede tardar de meses a años, incluso no tener una recuperación 100% completa, pero si le permite una vida normal.
A causa de las diarreas, Thor había tenido úlceras intestinales que le causaban dolor,
y eso hacía que no quisiera jugar en el parque ni dar largos paseos como había hecho anteriormente. También había subido de peso a causa de piensos gastrointestinales que le sentaban muy mal porque solo conseguían que los episodios en lugar de ser a diario fueran quincenales.

Hoy en día, Thor está genial, puede dar largos paseos por la playa y vuelve a jugar
con muchas ganas con su hermana perruna Gala, un Yorkshire Terrier de su misma edad a la cual se siente muy unido.”

Es por eso por lo que es muy importante acudir a un nutricionista, evitar los
antibióticos sistemáticos que empeoran estos cuadros y adaptar de forma
personalizada su alimentación.

Escrito en colaboración con Ángela, de “los 4 barferos”

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